ANÁLISIS - Far Cry 3: Blood Dragon

GÉNERO: Acción
DESARROLLADORA: Ubisoft Sanghai
DISTRIBUIDORA: Ubisoft
VERSIONES: PC, PS3, Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 01.05.2013
VERSIÓN ANALIZADA: PC

ATREVIMIENTO CON PREMIO

Lo de este Blood Dragon es toda una anomalía dentro la industria del videojuego. De hecho su mismo nombre invita a la confusión, porque muchos podríais pensar que nos encontramos ante el típico DLC ratonero que tantas veces hemos visto en los últimos años. Sin embargo Blood Dragon va mucho más allá, se trata de una expansión totalmente independiente y autónoma del juego original -no necesitas tener Far Cry 3 para jugarlo-, del cual coge prestado el motor gráfico, unas cuantas mecánicas jugables y le da una vuelta de tuerca a nivel estético y funcional. Es una "ida de olla" en toda regla que sorprende por lo arriesgado de su estética, pero leñe, ¡qué bien funciona! Nos encontramos en el año 2007, un "futuro" en el que la Tierra se encuentra devastada por una guerra nuclear, y en la que los ciborgs y dragones gigantes parecen estar a la orden del día. El protagonista de la acción es Rex Power Colt, un supersoldado mitad hombre mitad máquina, al que le sueltan en una isla a investigar los turbios planes de un tal sargento Sloan, el típico malote de las pelis de serie B que ansía dominar el mundo. El argumento es lo de menos, pero al contrario que muchos juegos, la forma en que se narra la historia es digna de ser disfrutada de principio a fin por lo absurdo de sus diálogos y escenas animadas, recreadas al más puro estilo 8 bits.

Esta locura no es ajena al resto del juego, sino más bien todo lo contrario. Al igual que en Far Cry 3, la isla en la que se desarrolla la aventura está plagada de asentamientos piratas, nativos y animales que campan a sus anchas... bueno, no es exactamente así. Ahora tenemos mercenarios ciborg, científicos, y un montón de bichos a cada cual más raro, y en la cúspide de la cadena alimenticia dragones gigantescos que se pirrian por los corazones de los soldados cibernéticos. La acción ocurre en una especia de "noche permanente" salpicada por una mezcla de colores digna de la mejor fiesta discotequera de los años 80. Neones de color azul, rojo y verde, brillan en el horizonte marcando posiciones y asentamientos de diversa índole. los cuales nos tocará investigar mientras descansamos entre misión y misión de la campaña principal, la cual por cierto, es bastante corta.

Son únicamente siete niveles que van directos al grano, y en los que hemos de ir a saco a por el enemigo sin mucho miramiento, todo muy en la línea de la ambientación del juego. Lo cierto es que la historia que rodea a la campaña tampoco tiene mucha miga, y aunque te partes con las situaciones y estereotipos ochenteros ridiculizados hasta límites insospechados, lo cierto es que dura muy poco. Afortunadamente una vez hemos finalizado la historia podemos regresar a la isla para acabar con todos los asentamientos enemigos y terminar de encontrar todos los coleccionables en forma de cintas VHS y televisores de tubo. Eso sí, abstente de utilizar el arma que consigues al final, porque el juego se convierte en un paseo. No hay mucho más que contar al respecto de las mecánicas jugables, de hecho muchos de los esquemas que vimos en Far Cry 3 se repiten, como los mencionados asentamientos, las misiones de asesinato y caza de animales, evolución de las habilidades del personaje y poco más. Es todo similar pero a escala pequeña y simplificada, algo totalmente lógico porque al fin y al cabo se trata de una expansión.

Como mezcla de fps y sandbox no está mal, es divertido y nos hará soltar más de una carcajada al ver las situaciones y diálogos que mantienen los personajes, pero no es ni de lejos un juego que rompa moldes. Su punto diferenciador reside claramente en el diseño artístico el cual está cimentado bajo la base del motor Dunia 2 que tan buenos resultados vimos en Far Cry 3. En esta ocasión los escenarios son algo menos complejos y recargados, como contrapartida el juego se siente más fluido y directo, casi como si de un shooter frenético se tratase, aunque la parte de infiltración sigue estando ahí para quien quiera usarla. Pero la verdad, lo que mola de Blood Dragon es entrar en los asentamientos e ir "a saco" machacando ciborgs mientras oímos sus esperpénticos quejidos y frases chorras de los protagonistas. A este respecto me gustaría destacar el estupendo trabajo de localización del juego, con chistes perfectamente adaptados a "nuestra realidad", y el uso de voces muy conocidas dentro del panorama del doblaje español. Como viene siendo la tónica habitual en casi todos los doblajes, las voces suenan ridículamente bajas respecto a los efectos de sonido y música, al menos en los sistemas que he podido probar -2.1 y auriculares-.

Far Cry 3: Blood Dragon es, sin duda, una expansión con personalidad propia que choca frente al inmovilismo de ideas que hay en la industria. Pocas, muy pocas veces, vamos a tener la oportunidad de ver un juego que se salga tanto de los cánones audiovisuales como este, y ya solo por eso bien merece vuestra atención. Pero es que además no solo se trata de una "cara bonita", sino que también ofrece una jugabilidad contrastada y un buen puñado de horas de diversión si nos da por exprimir el juego al cien por cien. Por todo ello Blood Dragon resulta una compra muy recomendable, y un ejemplo de atrevimiento del que muchas desarrolladoras deberían aprender.

LO MEJOR 

El apartado audiovisual tiene mucha personalidad. 

Hay diálogos verdaderamente tronchantes.

LO PEOR 

La campaña principal es muy corta.

NOTA: 75

Creeping.