DESARROLLADORA: Red Barrels
DISTRIBUIDORA: Red Barrels
VERSIONES: PC, PS4, Xbox One
FECHA DE LANZAMIENTO: 04.09.2013
VERSIÓN ANALIZADA: PC
EL PSIQUIÁTRICO DEL INFIERNO
Los juegos de terror están viviendo una nueva época de esplendor. Obras como Amnesia o más recientemente Alien: Isolation, son solo un par de ejemplos de juegos que han revitalizado un género que años atrás parecía relegado a copar un pequeño nicho del mercado. Outlast es otro de esos títulos que también ha aportado su granito de arena a la causa, y además lo hace sin excesivos alardes técnicos ni revoluciones jugables, simplemente aplicando un par de conceptos ya muy mascados en otros juegos, pero de una forma impecable. Como no podía ser de otra forma, uno de ellos es crear una ambientación insuperable, y ¿qué mejor sitio que un hospital psiquiátrico para contar una historia de terror?
En esta ocasión toca meterse en la piel de Miles Upshur, periodista del periódico de Denver, el cual recibe un inquietante correo electrónico de un empleado anónimo del hospital psiquiátrico Mount Massive, para que vaya a investigar los extraños sucesos que allí están ocurriendo. Podría ser una buena historia , así que ¿por qué no desplazarse allí cámara en mano y registrar todo lo que está sucediendo? Pero desde el momento en el que Miles accede al interior del hospital, se desata una locura de vísceras y seres torturados que convertirán su paso por Mount Massive en la peor de las pesadillas imaginables.
El objetivo principal de Miles es tan sencillo como recorrer las estancias del psiquiátrico intentando averiguar qué ha ocurrido allí, pero claro, desde el momento en el que ves gente empalada, restos de tripas por los suelos, y miembros descuartizados por las estanterías de algunas habitaciones, sabes que lo va a pasar muy, pero que muy mal. En su interior hay pacientes perturbados que se muestran contrariados por tu presencia, y lo que es peor, hay otras "criaturas" de las que sí, has de huir despavorido si no quieres que te machaquen la cabeza, literalmente. Y es que Outlast se apoya mucho en este concepto, el de estar completamente indefenso, y tener escapar de un enemigo ocultándote entre las sombras o aprovechando cualquier recoveco del escenario. En cierto sentido plasma algunas de las mecánicas que veríamos más refinadas a posteriori en Alien: Isolation, con el mérito de que Outlast salió un año antes.
No obstante este Outlast también tiene cosas de cosecha propia, y la cámara de Miles es sin duda la más atractiva de todas ellas. En cualquier momento puedes ponerte a grabar lo que ves en el escenario, con la finalidad de recibir anotaciones de lo que está sucediendo a tu alrededor, que ayudan no solo a comprender la historia, sino también a completarla. Y lo que es más importante, con la cámara en mano puedes activar la luz nocturna, previo uso de una batería eso sí, que es vital para poder orientarte en la oscuridad casi permanente en la que se encuentra el psiquiátrico. La conjunción de todos estos elementos, oscuridad, indefensión, y el uso de la cámara, convierten a Outlast en uno de los juegos más inmersivos que te puedas echar a la cara. La guinda de la ambientación la pone la excelente recreación de la primera persona, en la que las manos de Miles se dejan ver cada vez que coge la cámara, abre una puerta o se asoma por una esquina para ver si hay "algo" a lo lejos. En definitiva, andar por los oscuros pasillos de Mount Massive sintiéndote perseguido por seres que quieren destriparte, puede llegar a ser escalofriante, todo un mérito que sabrán apreciar los amantes del género.
A nivel jugable hay pocas cosas criticables, es un titulo de concepción simple que funciona estupendamente. Quizá el único punto a mejorar es la reiteración de algunas mecánicas en su desarrollo, que si bien no estropean la experiencia global, pueden llegar a ensombrecerla. En Outlast se repite mucho la secuencia del paseo por el psiquiátrico con sustos scripteados, hasta llegar a una zona más abierta en la que mientras un enemigo te persigue, has de activar dos o tres válvulas que abren el camino para seguir adelante. Afortunadamente la duración del juego, las típicas ocho horas de hoy en día, resulta adecuada para que dicha repetición no arruine todo el trabajo bien realizado. La simplicidad y buenas maneras que muestra la jugabilidad, también tiene su reflejo en la parte técnica. Olvidaros de potentes motores gráficos plagados de efectos especiales, Outlast es un juego en el que prima el diseño, la colocación adecuada de las sombras, el dejar entrever qué hay tras esa puerta o al doblar la esquina, y en este sentido, cumple con nota. No despliega los mejores interiores, ni muestra los modelados de personajes más convincentes, pero el buen apartado artístico unido a los estremecedores efectos sonoros, hacen de Outlast uno de los juegos mejor ambientados que recuerdo.
Red Barrels ha planteado un juego de terror sencillo pero estupendamente llevado a la práctica. Sin necesidad de mecánicas complejas, sin inventarios, sin puzles, ni siquiera existe la posibilidad de diálogo alguno más allá de las propias escenas animadas, Outlast supone un auténtico paseo por el infierno que será difícil que olvides en un tiempo. Tampoco hay objetivos secundarios más allá de encontrar todos los informes que hay repartidos por el recinto, por lo que una vez finalizada la historia hay pocos alicientes para repetir la experiencia. Pero aun así, por el simple hecho de haberla vivido al menos una vez, es un juego que merece mucho la pena.
LO MEJOR
La ambientación es soberbia.
LO PEOR
Algunas mecánicas se repiten demasiado.
NOTA: 70
Creeping.
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