ANÁLISIS - The Vanishing of Ethan Carter

GÉNERO: Aventura 

DESARROLLADORA: The Astronauts 

DISTRIBUIDORA: The Astronauts 

VERSIONES: PC 

FECHA DE LANZAMIENTO: 26.09.2014 

VERSIÓN ANALIZADA: PC

UNA APUESTA DIFERENTE

Podría empezar este artículo hablando de la intrigante historia que envuelve al juego, o de la original propuesta jugable que esconde en su interior, pero no. Lo primero que haré es hablaros del atractivo apartado visual el cual, sinceramente, no me esperaba. Nada más arrancar el juego aparece el logo del Unreal Engine 3, y ya te puedes hacer una idea de lo que hay a nivel técnico: un motor cumplidor, apañado, pero al que ya se le notan ciertas limitaciones. ¿Qué os voy a contar que no hayáis visto en los últimos años? Lo que me ha llamado la atención es que hasta ahora, jamás le había visto un uso tan extraordinario como en el juego que nos ocupa. En cuanto sales al "aire libre" y ves ante ti la recreación de un bosque magnífico, amplio, repleto de vegetación en movimiento, y bañado de excelentes texturas, me pregunté ¿esto se puede hacer con el UE 3? Porque si me dices que es el CryEngine de turno, bajo la tutela de una gran desarrolladora, me lo creo.

Superado el impacto visual, es cuando empiezas a descubrir por qué The Vanishing of Ethan Carter se puede catalogar como un juego diferente. La premisa argumental es muy sencilla. Paul Prospero, un detective con habilidades paranormales, se desplaza a la localidad de Red Creek Valley con la misión de encontrar al desaparecido Ethan Carter. El objetivo del jugador consiste en perderse por sus fantásticos escenarios, y explorar cada rincón en busca de alguna pista que arroje luz sobre el paradero del chico. A diferencia de otros juegos, no hay un interfaz en pantalla que informe de la salud, de nuestra posición en el mapa, ni siquiera hay flechas que indiquen cual es el siguiente objetivo. Por no haber, no hay ni siquiera un tutorial que explique las acciones que podemos realizar con el mando. Estás tú, y solo tú, ante la inmensidad de un bosque que oculta no pocos secretos.

Este desarrollo tan "limpio" nos obliga a cambiar un poco el chip de los últimos años, a olvidarnos de los indicadores, de las flechitas, de los objetos brillantes a los que, desgraciadamente, tan acostumbrados estamos. Solo al acercarte lo suficiente a una pista, aparece una descripción sobre la cual puedes interactuar, lo que llevará al agente Paul a establecer conjeturas o reconstrucciones de los hechos allí acontecidos. No hay mucho más a nivel jugable, todo consiste en buscar pistas y objetos, que unas veces solo nos darán información, y otras nos enfrascarán en puzles de dificultad variada. Estamos, por tanto, ante un juego de exploración puro y duro que nos obliga a ser muy observadores con todo lo que nos rodea. Al ser un desarrollo no lineal, puedes estar vagando por los escenarios durante minutos sin que la historia avance, hasta que no das con la pista determinada. Esto supone un problema por el nefasto sistema de guardado, que hace acto de aparición solo cuando tienen lugar ciertos sucesos, y que para más inri, están muy espaciados. ¿Qué hubiese costado implementar un sistema de guardado tradicional?

The Vanishing of Ethan Carter puede ser catalogado como un juego simple, y en cierto sentido, así es. No incluye ninguna mecánica rompedora, pero por el contrario creo que tiene "encanto", ese intangible que no todo el mundo aprecia de la misma manera. Estamos pues ante un juego en el que prima la experiencia de ser partícipe de un misterio que has de resolver a través de puzles, apoyado de un entorno audiovisual cautivador. He hablado anteriormente de la belleza de sus gráficos, pero no quiero dejarme en el tintero el embriagador acompañamiento musical, cuyas piezas encajan a la perfección con lo que vemos en pantalla. Una lástima que las pocas voces que hay no estén dobladas, aunque sí hay subtítulos en perfecto castellano, imprescindibles para entender la historia al completo.

En determinados aspectos, Ethan Carter va un paso más allá de otros "experimentos" como Dear Esther, productos que apuestan más por la ambientación que por crear una mecánica compleja. Entendería perfectamente que a alguien le pareciese una experiencia aburrida y sosa, de hecho yo mismo he pasado por momentos de hastío cuando la siguiente pista se ha resistido, aunque eso sí, es una gozada cuando das con ella, resuelves el puzle, y la trama sigue su curso. Dependiendo de lo avispado que estés, la historia no debería alargarse mucho más de cuatro horas, y una vez desvelado el secreto hay poco incentivo para volver a jugarlo otra vez. No obstante, a pesar de ser una experiencia algo pasiva, y de poca duración, creo que su adquisición merece mucho la pena, aunque solo sea por disfrutar de sus puzles, y sobre todo, de alguno de los entornos más bellos que vas a ver en un videojuego.

LO MEJOR 

Los escenarios son impactantes. 

La combinación de exploración y puzles.

LO PEOR 

El sistema de guardado no tiene mucho sentido. 

No hay mucha interacción con el entorno.

NOTA: 65

Creeping.