DESARROLLADORA: The Coallition
DISTRIBUIDORA: Microsoft
VERSIONES: PC, Xbox One
FECHA DE LANZAMIENTO: 11.10.2016
VERSIÓN ANALIZADA: PC
REGRESO CON FUERZA
Gears of War fue, sin duda, una de las franquicias estrella de la generación Xbox 360. Su primera entrega supuso un auténtico boom en la industria del videojuego, creando un estilo imitado por decenas de títulos que dura hasta hoy en día. Gran parte del archiconocido sistema de coberturas se lo debemos a él. Sin embargo con el paso de los años, y continuaciones, fue perdiendo fuelle paulatinamente hasta quedar algo deslucida frente a otras grandes sagas tanto de la propia Microsoft como de su competencia más directa. Digamos que la saga ha vivido mejores momentos, y ahora lucha por volver a hacerse un hueco entre los grandes de la industria. Por ello el lanzamiento de esta cuarta entrega se siente casi como un reboot, una especie de renacimiento en el que se busca volver a conectar con todo aquello que hizo grande a la saga hace más de una década. ¿Lo habrá conseguido?
Tras tres entregas oficiales más un spin off, parte de los personajes e historia empezaban a evidenciar síntomas de desgaste. No era nada alarmante, pero había que dar un pequeño revuelco tanto al trasfondo como a sus protagonistas. Por ello esta cuarta entrega tiene lugar veinticinco años en el futuro con nuevos personajes y un nuevo enemigo que combatir bautizado como El Enjambre, pero siempre dentro de un contexto que mantiene referencias a un pasado que no puede ser borrado de un plumazo. Por ejemplo el protagonista principal del grupo formado por tres héroes, no es otro que el hijo de Marcus Fenix, y de hecho el mismísimo Marcus se unirá a la batalla durante un gran porcentaje de la aventura. Y como es lógico, no faltarán a la cita abundantes referencias a anteriores personajes e historias que han moldeado a la saga. La forma de contarla tampoco ha variado en exceso. Esta nueva entrega sigue usando una narrativa clásica, que tira de escenas animadas para ensalzar los momentos más impactantes, aunque también hay sitio para conversaciones distendidas entre enfrentamiento y enfrentamiento. No llega ni de lejos al nivel de un Uncharted 4, pero ayuda a crear cierto vínculo con los personajes.
Por su parte el desarrollo de la acción es todo lo que se puede esperar de un Gears of War. El juego consta de cinco actos divididos a su vez en capítulos que proporciona las típicas ocho o diez horas de duración que se pide a una campaña de este tipo que, en esta ocasión, puede ser disfrutada por hasta dos jugadores en cooperativo, tanto en un mismo ordenador como online. Aunque el juego puede ser disfrutado plenamente en solitario, se nota que parte del diseño de niveles ha sido elaborado con la vertiente multiugador en mente. Muchos escenarios están pensados para llevar a cabo tácticas de grupo, que si uno atrae el fuego por aquí para que el otro puede acechar por la espalda del enemigo, o secuencias en las que el nivel se bifurca y has de elegir el lado por el que quieres continuar. La cara amarga de esta decisión, por decirlo de alguna manera, es que hay momentos en los que se abusa de la fórmula horda, es decir, el típico escenario grande plagado de coberturas en el que tienes que aguantar sucesivas oleadas de enemigos. Es una mecánica que funciona muy bien en el multijugador, y diría que incluso en las partidas cooperativas también tienen cierto sentido, aunque en la campaña, con un trasfondo argumental corriendo por detrás, a veces se sienten como algo metido a calzador.
Pero donde Gears of War 4 da el do de pecho es en su jugabilidad. La fórmula es la misma que hace más de una década, es decir, ir de cobertura en cobertura machacando enemigos sin más distracción que la de no quedarte sin munición. En este sentido no hay nada que reprocharle. El control del personaje sigue siendo una delicia, y el sistema de coberturas resulta tan ágil y preciso como siempre lo ha sido en la saga. Puede parecer lo mismo de siempre, y en cierto sentido lo es, pero cuando está tan bien hecho y resulta tan gratificante, poco se le puede reprochar. Además, también ha habido hueco para introducir pequeñas novedades que sin duda mejoran aún más la fórmula. Hay movimientos nuevos como poder agarrar a una enemigo tras una cobertura, aunque la novedad más destacable está en las "llamaradas", una especie de tormentas de fuego que añaden una mecánica en forma de partes del escenario que se derrumban, o enormes ventiscas que desvían la trayectoria de nuestros impactos. Son secuencias muy espectaculares, tanto por lo visual como por lo jugable, y solo habría que reprocharle que hagan acto de aparición en contadas ocasiones. Sin duda es una gran adición a la saga, y espero que en futuras entregas se potencie más.
El sólido apartado jugable se ve complementado por una parte técnica sensacional, de esas que solo se suelen ver en productos triple A exclusivos de una plataforma. En cada escenario, en cada personaje, en cada textura, hay una atención por el detalle que pocos juegos son capaces de ofrecer, y además lo hace sin ser especialmente exigente en cuanto a requisitos técnicos, lo que tiene un mérito incuestionable en los tiempos que corren. Ver todo ese despliegue de efectos gráficos corriendo a 60 frames sin titubearse, es un espectáculo que no hace sino mejorar una experiencia jugable ya de por sí magnífica. El acompañamiento musical luce algo menos, no porque sea malo, ni mucho menos, sino porque pasa más desapercibido entre tanta exuberancia gráfica. Por suerte el juego cuenta con excelentes efectos de sonido y un doblaje de buen nivel, aunque el de Marcus Fenix no sea especialmente bueno.
Este Gears of War 4 es un juego realmente sólido en casi todas sus facetas. Uno de los pocos reproches que se le puede hacer a la campaña es que resulta algo irregular en su desarrollo. Empieza demasiado "light", tanto que por momentos no parece un Gears, afortunadamente a partir del tercer acto consigue remontar de manera exponencial hasta un final que llega de forma abrupta dejándote con cara de tonto. Sí, es de esos juegos que acaba cuando menos te lo esperas, y que pide a gritos el lanzamiento de una continuación que, precisamente, ya está en camino. Aún así, y a pesar de los altibajos comentados anteriormente, se puede decir que la nueva campaña de la saga cumple sobradamente con lo que se espera de un Gears. Acción a lo loco, un control exquisito, y espectacularidad técnica por todos los lados. Puede que no suene muy original, pero es exactamente lo que hay que pedirle a cada nueva entrega. Si eres fan de la saga y sus campañas, este juego no te decepcionará en absoluto.
El control es exquisito.
Técnicamente excelente.
LO PEOR
El comienzo de la campaña es algo flojo.
7/10
Creeping.
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